23 de agosto de 2014

Amo mi celular (Roberto Balaguer)

Los celulares nos han cambiando los contextos. La primera pregunta que hacíamos en una llamada telefónica era “quién habla?”. Hoy tenemos la certeza de quién habla. Lo que preguntamos hoy es “dónde estás?”. Necesitamos relocalizar al otro porque los celulares generan ubicuidad, deslocalizan, pero necesitamos relocalizar. Generan una necesidad psicológica de relocalizar al otro porque la memoria contextual necesita de lugares fijos. Con las redes los que nos pasa es que no tenemos contextos para atar las experiencias y ese es un problema que tenemos a futuro que ameritaría un estudio más profundo.

Ha cambiado también la forma de relacionarnos porque en ese objeto que antes estaba separado de nosotros y ahora está con nosotros vienen una cantidad de contactos de amigos. Estamos siempre en conexión por defecto. En vez de estar desconectados por defecto hoy estamos conectados por defecto. Lo cual hace que en esa relación que hemos establecido con ese celular, muchas de las funciones psicológicas de sostén, de compañía, de amparo estén ahí, porque en ese celular están mis contactos. Si yo me voy lejos, voy por la carretera, necesito que este ese dispositivo con nosotros porque que ata a mis afectos. Se ha dado un desplazamiento paulatino de las personas hacia los objetos que nos acompañan.

Termina:

“¿qué lugar queremos darles a los dispositivos en nuestras vidas, a esas relaciones? Creo que lo más importante es que esos que nos acompañan no se nos vuelvan invisibles”. 

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